NWA MI, ÁFRICA EN EL CAMINO DE SANTIAGO: ¿Cómo surgió?

Rosa Peñasco

¿Qué cómo surgió NWA MI, África en El Camino de Santiago? Realmente no lo sé. Solo puedo decir que sí conocí el momento exacto en el que unas pocas hojas querían convertirse en novela. ¿Cómo? Pues, sencillamente, cuando prácticamente dejé de ser persona para que sus protagonistas, Ana y Beth, crecieran sin parar hasta copar todo mi ser con sus líos de flechas y caminos.

Fueron ellas, con la riqueza de sus respectivas vidas, las que indiscretamente se colaron en mis sueños, en mi tiempo, en mis conversaciones, en mi imaginación, en mis –no- vacaciones y en casi todos mis pensamientos…

Pero vayamos por partes…

QUÉ NO ES NWA MI

Empecemos aclarando qué no es «NWA MI»…

«NWA MI», no es una novela más sobre El Camino de Santiago. «NWA MI», es un auténtico ejercicio de integración que conduce a la plenitud del ser. «NWA MI» es un canto a la paz, ya que no deja de repetir, una y otra vez, que en la dualidad, la fragmentación y el odio no hay destino. ¿Y por qué? Porque en un mundo terriblemente fragmentado, «NWA MI» logra unir realidades aparentemente tan dispares como África y Europa. También los caminos recorridos por su protagonista africana, llamada Beth y los de El Camino.

O la Edad Media, el presente y el futuro, el mundo material y el espiritual y las flechas de El Camino y las de Elegguá, el Orisha dueño de los caminos en la religión yoruba. Sin olvidar el afán de superación de una adolescente africana, cargada de nada y llena de todo, y el de una mujer que huyó del maltrato de un marido hasta encontrarse a sí misma.

POTENTE MENSAJE

Quizás por el constante grito de en el odio no hay destino, la prensa ha calificado a «NWA MI, África en El Camino de Santiago, con titulares muy potentes.

Entre ellos, destacan los de Agencia Efe y Europa Press: «El poderoso mensaje de Rosa Peñasco que une continentes y religiones en El Camino de Santiago».

También titulares de diarios, como el de León: «El mensaje que une pueblos y religiones».

Sin olvidar Onda Cero: «Rosa Peñasco une dos continentes y siglos de historia en una novela con realidad, actualidad y magia»

ESTILO LITERARIO

Con realismo mágico y también un gran rigor histórico (en el anexo de la novela se incluye una cronología de más de 30 páginas), “NWA MI” resalta la sororidad, valentía, honestidad, carisma, magia y resiliencia de sus protagonistas.

Porque tras escuchar el grito de ahora o nunca que la vida solo repite una vez, Ana y Beth serán todo, después de atreverse a ser nada, quizás porque, como Fénix, solo dejando de ser, se puede empezar a SER.

¿QUÉ SIGNIFICA NWA MI?

NWA MI es una frase yoruba que significa «en busca de mí». Pero también es una frase mágica, una especie de abracadabra particular que repetirá mil veces Beth para darse ánimos, mientras sortea infinidad de riesgos y peligros…

Es inevitable: para Beth, NWA MI es una frase especial porque cuando solo tenía cinco años, escuchó cómo la susurró su madre, justo en el momento en el que, por culpa de unas fiebres, dejó este mundo para ir a otras estrellas…

LA MUTILACIÓN GENITAL

Es horroroso, pero esta práctica aun se lleva a cabo en muchos lugares de África. Aunque existan leyes que prohíban la ablación, se ha demostrado que en aldeas recónditas como en la novela es la de Beth, situada en plena Meseta Yoruba, no tiene efectos la fuerza de la ley o al menos no puede romper el peso de tradiciones tan ancestrales como la mutilación genital…

En NWA MI, el terror de la mutilación genital o ablación que, de generación en generación, sufren en la zona todas las niñas por una insalvable tradición, junto a la boda obligada con un hombre viejo que ni conocía, es el detonante que hace huir a Beth de su casa.

ELEGGUÁ: EL ORISHA «DUEÑO DE LOS CAMINOS» EN LA RELIGIÓN YORUBA

Se ha demostrado que quienes emigran desde algunos puntos del sur de África, a veces tardan años en llegar a algún punto de España. ¡Y este es el caso de Beth! Simplemente, salió de su aldea siendo una niña y pisó, sin saberlo, El Camino de Santiago, siendo una adolescente… Entre un momento y otro, además de años, Beth atravesó los lugares más peligrosos de la tierra, SIEMPRE INVOCANDO A SUS DEIDADES YORUBA. En concreto a Elegguá que para los yoruba, es el «Dueño de los caminos». Además, su símbolo son las flechas, igual que junto a la vieira, las flechas amarillas también son un símbolo de El Camino de Santiago: al final, no somos tan distintos como pensamos…

Beth llevaba años arriesgando su vida por innumerables lugares peligrosos de la tierra, viviendo en campos de refugiados, atravesando sabanas, selvas y desiertos. También saltó una punzante valla de metal y cruzó un mar muy mentiroso que decía llamarse “Estrecho”, siendo demasiado ancho.

En su recorrido infernal, Beth pidió ayuda a Elegguá, el Orisha o deidad que con su símbolo de flechas, es el dueño de los caminos en la religión yoruba.

Pero también en yoruba, repitió mil veces “NWA MI”. «NWA MI» y no looking for me o en busca de mí según otros idiomas. Porque “NWA MI”, a Beth le parecía una frase mágica y más del cielo que de la tierra; sobre todo, desde que con cinco años escuchó cómo la pronunció su madre, justo cuando dejó este mundo por unas fiebres y se volvió espíritu para ir a otras estrellas…

Portada de la novela NWA MI, África en El Camino de Santiago, de Rosa Peñasco. Ilustradora: Lara Delia.

¿UNA MENA EN EL CAMINO DE SANTIAGO?

La vida de Beth ya es bastante complicada, pero a esa complicación hay que añadir un elemento más: cuando sin saberlo, pisa El Camino de Santiago, es una adolescente, pero también una Menor Extranjera No Acompañada o MENA. Las siglas MENA, en nuestro país y para muchos sectores, se identifican con situaciones problemáticas, abusivas y a veces peyorativas… Desarrollando y leyendo esta historia, se eliminan muchos prejuicios, se comprenden muchas situaciones y se comprende que no debería generalizarse, ya que cada caso es único…

Beth era una Menor Extranjera No Acompañada (MENA), cuando malherida y al borde de lo peor, pisó, sin saberlo, El Camino de Santiago. Era alrededor de media noche de un día cualquiera del mes de septiembre. No llevaba mochila ni equipaje y tampoco tenía DNI o pasaporte cuando llamó a la puerta del albergue «De oca en oca»…

Quizás porque estaba a punto de perder la consciencia y caer al suelo, Beth tampoco fue capaz de encontrar algo especial en aquel camino, de los miles que había recorrido desde que, siendo solo una niña, había huido de su aldea de la Meseta Yoruba, en el suroeste de Nigeria.

CARGADA DE NADA Y LLENA DE TODO

En el mundo jacobeo, existe la creencia de que En Camino de Santiago no comienza cuando se pisa por primera vez, y sí cuando el peregrino por fin sale de su casa. Siendo así, ¿te imaginas El Camino de Santiago que ha recorrido Beth? Sin duda, es una peregrina más auténtica que muchos que acuden con sus equipos de diseño, buscando fotos y likes o empezados en obtener un título (Compostelana), más que en recorrer El Camino en sí. Así lo muestra la sinopsis:


Cargada de nada pero llena de todo, la ya adolescente Beth por fin llegó a El Camino de Santiago, sin saber que salvaría la vida con las flechas amarillas del lugar, tal vez usadas por Elegguá y su también símbolo de flechas para conducirla hasta Ana.

Y Ana, la dueña del albergue “De oca en oca” que había dedicado su vida a una senda que conocía y amaba hasta la extenuación, dedujo que aquella mujer-niña era la peregrina más auténtica de cuantos peregrinos ha visto a lo largo de medio siglo.

Viéndose reflejada en los ojos de Beth y recordar cómo veinticinco años atrás huyó del maltrato de su marido, Ana no dudó en abrazarla como solo abrazan las madres a sus hijos cuando vuelven de una guerra…

LA PRIMERA PEREGRINA AFRICANA

Pero lo que ni en sueños pudieron imaginar aquella madre e hija, más peregrinas que la senda que las había unido para siempre, es que la energía ancestral de El Camino de Santiago también había imantado a Beth.

Porque la milenaria ruta que continuamente pisaban personas de casi todos los continentes, jamás podría ser de verdad universal sin la cultura, el ritmo, la belleza y la grandeza de África.

Por suerte Beth, la primera peregrina africana en El Camino de Santiago, enriquecerá y completará la universalidad del famoso itinerario, con sus particulares huellas de espontaneidad, carisma, integración y cosmopolitismo y siempre al grito de “NWA MI”.

Beth, la protagonista de "NWA MI", dibujada por Rosa Peñasco con trazos rojos y azules y con África en el corazón
Boceto de Beth , por Rosa Peñasco. Boceto anterior a la preciosa portada ilustrada por Lara Delia

LA INVESTIGACIÓN

Ana y Beth se propusieron crecer tanto y tan deprisa que no pararon hasta casi exprimirme como a un limón, haciéndome investigar incansablemente datos rarísimos sobre la Historia de un Camino. Pero también sobre las deidades menores u Orishas, el sincretismo religioso y otros pormenores de la religión yoruba y el peculiar sistema de adivinación Ifà.

Sin olvidar los conflictos socioeconómicos, bélicos y políticos europeos, africanos y solo nigerianos. O pormenores sobre geografía e historia africana, campos de refugiados como el camerunés de Minawao y carreras prohibidas por el Sáhara. También peripecias de Abderramán III, Sancho I El Craso, la reina Toda de Navarra, juegos de la oca, arte y construcciones románicas y góticas de El Camino. O viajes al Medievo con bulas papales, historia de un botafumeiro, templarios y otros personajes y avatares del momento. O también sincronía entre los calendarios yoruba, musulmán y gregoriano, legislación antigua y actual sobre migración, organismos internacionales, sociopolítica de Nigeria, mil efemérides y un largo etcétera, ya casi imposible de recordar. En fin: ¡una locura!

EL PROCESO CREATIVO

El proceso fue fascinante y, ¿a qué negarlo?, también agotador. Y no sé cómo lo harán otros escritores, pero equivocada o no, ese agotamiento tan especial que siempre he vivido cuando estaba enfrascada en un nuevo libro, para mí también es la clave de que una novela, ya está preparada para de verdad serlo.

Porque cuanto más importa la vida de los personajes y menos la de quien escribe sobre ellos, es cuando creo que cobra protagonismo la imaginación y logra conectar con otros mundos, realidades y estados de conciencia. ¿Cómo? Siempre tras la apoteósica salida del ombligo del escritor o escritora que logra romper los márgenes de su mente y prejuicios de su ego. Solo así podrá engranar con mil historias, investigación e infinitos detalles…

De hecho, creo que sin moverme de la silla he viajado más que nunca, durante el tiempo que he estado escribiendo «NWA MI». Sin duda, los caminos de Ana y de Beth, también han sido mis caminos…

El viaje de Beth…

BETH

A día de hoy, reconozco que ni con hipnosis sería capaz de saber de qué rincón de mi inconsciente ha podido salir un personaje como Beth. Lo siento, pero mi vida no tiene nada que ver con la niña nigeriana que huyó de una mutilación genital. Tampoco con el hecho de que logre atravesar medio mundo hasta llegar exhausta al albergue “De oca en oca”. Ni mucho menos con pisar, sin saberlo, El Camino de Santiago…

Beth sin mochila y solo con su corazón a cuestas, es decir, cargada de nada y llena de todo…

Beth siempre ha sido una incógnita para mí. Y más si recuerdo que fue  creciendo tanto que hasta llegué a pensar que sus poderosas raíces africanas, idearon el título del libro. Y digo esto porque a medida que Beth crecía, se fue desechando el antiguo y casi empalagoso “En busca de mí” que fue el título inicial del libro. Enseguida fue sustituido por “NWA MI: la bella y contundente frase yoruba que también significa en busca de mí y con su ancestral fuerza africana da título a esta novela.  

ANA

En cambio, no ocurre lo mismo con el personaje se Ana, la hospitalera de “De oca en oca”. Porque hace años, en plena Navidad y cuando solo cuatro locos recorríamos El Camino en esas particulares fechas, sí conocí a una hospitalera fantástica, a quien además dedico este libro. La especial mujer que conocí, experta en El Camino de Santiago y todo tipo de esoterismos, religiones y espiritualidad, sin duda me inspiró el carácter y el carisma de este personaje esencial. Ana es divertida, sabia, pícara, esotérica, intuitiva, generosa, hiperactiva, curiosa, lectora voraz, multitarea, a veces tajante y hasta un poco deslenguada y ordinaria y siempre con una personalidad apabullante con tal riqueza interior, que en ocasiones necesita hablar sola para desahogar lo de dentro, sacándolo fuera. Lo de después no guarda ninguna relación con la realidad.

INVENTAR UNA VIDA

Con mucho descaro e imaginación -y que la verdadera Ana me perdone-, al personaje le inventé una vida horrenda en una sierra olivarera, un marido cruel del que termina huyendo, el primer viaje de su vida con un bote de cacao y una maleta de escay marrón, un libro sobre un camino que encuentra en una estación, unos guiris que le regalan un estrafalario equipo para hacer un extraño camino que ya le ha cambiado la vida, una crisis y soledad de órdago, una familia adoptiva, un enriquecedor camino al revés, un albergue llamado “De oca en oca” que construye en un establo, una dedicación total a El Camino y una hija peregrina como Beth…

Ana, la hospitalera del imaginario albergue «De oca en oca»: ¡una mujer fascinante!

EL CAMINO DE SANTIAGO

De otro lado, también creo que escribir parte de esta novela era de alguna forma inevitable. Sobre todo, si pienso que escribo desde que tengo memoria y, precisamente escribiendo, es como siempre he logrado bucear por el alma humana, reconociendo aciertos, errores y emociones –mías y de otros-, recolocándolas y sanar hasta alcanzar un casi místico bienestar interior.

Y si a ello le uno el dato de que he recorrido El Camino de Santiago decenas de veces, en todas las estaciones del año y por diferentes caminos, no es extraño que antes o después decidiera escribir un libro sobre la peculiar senda (antes ya había escrito artículos al respecto).

EL CAMINO INTERIOR

Ahora bien: como no me gusta la masificación, pero sí el enorme disfrute del arte, la naturaleza, el deporte, las enriquecedoras personas que suelen encontrarse y el enorme mundo interior que se dibuja paso a paso, sin dejar de describir etapas, efemérides, arte, construcciones y un larguísimo etcétera, tampoco es extraño que en estas páginas, haya ido creciendo ese camino en busca de uno mismo. Sin duda y tras mil crisis personales, ese itinerario termina aclarándose y colmándonos de resiliencia, siempre que nos atrevemos a escuchar el grito de ahora o nunca que la vida solo repite una vez.

Solitario Camino interior…

INTEGRACIÓN: POR FIN ÁFRICA EN EL CAMINO

He recorrido El Camino en muchas de sus variantes y en todas las estaciones del año y con varios climas, incluidas las ciclogénesis explosivas de febrero o el frío y la nieve de la Navidad. Por eso, he podido observar que, salvo Sudáfrica -y así también lo he constatado en las estadísticas de los portales oficiales jacobeos-, apenas existen peregrinos de otros países de África Subsahariana.

Me atrevo a deducir que por el afán de universalidad e integración que, sin proponérmelo y a veces para mi desgracia, también delata siempre todo lo que escribo, la ausencia africana en una ruta que tiene fama de universal, me enfadó. Y creo que me enfadó hasta el punto de intentar enmendar el vacío esencial, creando un personaje como Beth, precisamente para buscar la verdadera universalidad de El Camino, al incluir en su senda la parte de África Subsahariana que estaba brillando por su ausencia…

Lo siento, pero hasta que El Camino no cuente con la inocencia, el ritmo, al espontaneidad, la cultura y la grandeza de -toda- África, no podrá ser una senda verdaderamente universal…

DERECHOS HUMANOS

En otro orden de cosas, solo cuando he terminado de escribir un libro es cuando me doy cuenta de que, por muy diferente que sea de los anteriores, y tanto en género como en temática, todos tienen en común la reivindicación de derechos humanos. Pero, sobre todo, tienen en común el perenne afán de ensalzar y no amputar todos los elementos que configuran el gran potencial del Ser, intentando resaltar cuerpo, mente, emoción y espíritu.

Ahora bien: también y sin ser consciente, en cada uno de mis libros he intentado integrar extremos aparentemente opuestos, quizás para romper la dañina inercia de miedo y por tanto de rechazo, a todo y a todos los que descartan lo que resulta diferente de sus ombligos. Porque así, simplemente nos situamos en un separatismo y una dualidad muy peligrosa que solo sabe crear bandos de «conmigo o contra mí», haciéndonos pequeños, mediocres, incompletos y probablemente muy infelices.

Con este inconsciente afán siempre integrador, han surgido varios de mis libros, caracterizados por mezclas de elementos que, a simple vista, pueden parecer antagónicos y casi imposibles: copla y derecho, humor y drama, madre-niña, sumisa-insumisa, siete moradas y siete chakras, testamento ológrafo en personas sin manos, ángeles y laberintos o Teresa de Jesús y budismo y un largo etc.

NO SOMOS TAN DISTINTOS

Ahora, con “NWA MI”, se unen Europa y África, en torno a Ana y Beth o dos protagonistas también aparentemente muy dispares, pero que tienen en común la verdadera esencia del Ser: sus periplos exteriores e interiores sin fin, la búsqueda de la supervivencia, la honestidad, gran personalidad, la constante superación personal y los enormes regalos que les hace la vida por haber sido valientes, atreviéndose a vaciarse del todo, para desde la más absoluta nada resurgir limpias y nuevas como Fénix.

Además y porque no somos tan diferentes como tantas veces pensamos, Ana y Beth también tienen en común El Camino y unas flechas amarillas que las unirán para siempre como una madre y una hija peregrinas. Camino y flechas que, a su vez, al menos simbólicamente pueden corresponderse con Elegguá, la deidad menor o el Orisha preferido de Beth, cuyo símbolo también son las flechas y precisamente para los yoruba, es el dueño de los caminos…

EL CONTRATIEMPO

A punto de quedarme sin vacaciones, ya bien entrado agosto de 2023, terminé de ultimar detalles sobre las fascinantes vidas de Beth y de Ana que me habían atrapado y absorbido hasta niveles inenarrables. Imprimí la novela porque tenía los ojos rojos como tomates, seguramente de dormir muy poco y además escribir y repasar en el ordenador. Después y con centenares de folios, me fui feliz a leerla a un lugar lleno de árboles para corregir en plena naturaleza las erratas. Acepté de antemano y como siempre de muy mala gana, que las más tramposas ahora también me engañarían porque, una vez más, conseguirían escabullirse y camuflarse entre el texto…

Cuando después de horas, terminé de leer la última frase de este libro, una fuerte ráfaga de viento apareció de repente, haciendo volar todas las hojas y esparciéndolas por el aire, llevándolas a correr por la hierba y hasta a jugar a alcanzar la copa de los árboles. Fui corriendo tras ellas, pero me fue imposible atraparlas porque ya habían decidido cambiar de provincia y hasta de continente, aprovechando la libertad del viento y la velocidad.

AIRES DEL SAHARA

Enfadada y muy contrariada por lo ocurrido, volví a casa con la mitad de las hojas. Sin embargo, cuando después escuché en las noticias que ese día había que tener cuidado con los torbellinos de viento, sonreí porque las fuertes ráfagas procedían del Sáhara o un lugar que marcó la vida de Beth.

Y siguiendo –y si es que esto existe-, con el realismo mágico e histórico a la vez que impulsa la esencia de estas páginas, finalmente, en una especie de guiño cósmico y cómico, deduje que gracias al potente soplo de viento africano, las fascinantes vidas de esta madre e hija, valientes y más peregrinas que El Camino de Santiago que las unió con unas flechas amarillas, querían indicarme que ya estaban preparadas para salir de mi imaginación y de mi mundo: sin duda, deseaban volar por la conciencia, las almas, las mentes y los corazones de quienes quisieran acercarse a ellas…

POR FIN VACACIONES

¡Por fin vacaciones! –pensé entonces-. Aunque no contentas con lo que habían hecho antes conmigo, exprimiéndome y abduciéndome como si fueran platillos volantes en una película de extraterrestres, Ana y Beth todavía decidieron inspirarme las poesías del final del libro, así como la extensa cronología que como apéndice hay al final. Respecto de las poesías, te diré que «Fin de la tierra» una está dedicada a Ana y «Con tatuaje de henna y con mil trenzas» es para Beth…

Por último, ¡y ahora sí!, también subí el libro a Amazon, para participar en su famoso concurso literario de este año. Después crucé los dedos, y tuve tiempo de marcharme unos días al mar, para descansar y celebrar el nacimiento de mi nuevo hijo-libro.. ¿Dónde? Precisamente en la bella y celta Fisterra que aparece mil veces entre sus líneas, para mostrar una y otra vez que el kilómetro 000 de El Camino de Santiago de su faro, nunca es un final: es un claro símbolo del volver a empezar que supone todo renacer. De hecho, así lo he expresado en otras publicaciones…

Rosa Peñasco en El Camino de Santiago de Fisterra a Muxía

Y YA JUNTAS, ANA Y BETH

Y aquí están Ana y Beth: deseando contarte con su innegable realismo mágico, esotérico e histórico, bellas historias sobre El Camino de Santiago, África, la Edad Media, la actualidad y el a veces desesperanzador futuro. También te contarán detalles de un campo de refugiados, un juego de la oca, caballeros templarios, derechos humanos, problemas migratorios, cambio climático, bellísimos lugares llamados Fisterra y Muxía. O te hablarán de los enredos de la mente, superación personal, sanación y resiliencia, y mil conclusiones acerca de la vida y de un camino que, aunque no lo parezca, con diferentes circunstancias en la espalda y en la mochila, recorren millones de personas de los –ahora sí y gracias a Beth- cinco continentes.

Después de estas hojas, espero que nos busquemos a nosotr@s mism@s, al grito de ¡NWA MI! Por si te atreves a recorrer-te, solo puedo decir desde aquí, ¡BUEN CAMINO!
Rosa Peñasco (www.rosapeñasco.com). Sígueme en Instabram: @rosa.palabrarista

https://www.instagram.com/rosa.palabrarista/

El cáncer como origen de la poesía mística «In Teresa: siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús»

Teresa de Jesús: In Teresa

En épocas de odios, dualidades y fanatismos, “InTeresa: siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús” (Rosa Peñasco, editorial Círculo Rojo, diciembre 2019), es un acto subversivo y rebelde que nos recuerda que la Mística es irreverentemente libre y, tal y como ha hecho siempre, no dudará en sobrevolar creencias, tiempos, geografías, políticas, gobernantes y hasta religiones en pro de la integración.

La poesía Mística de “InTeresa” aporta una mirada diferente sobre la impactante vida, el particular éxtasis y el profundo interior de Teresa de Jesús: una mujer de armas y almas tomar que se adelantó a su tiempo, luchó contra esquemas caducos y hasta se jugó la vida por sus honestos principios cuando fue cuestionada por la Inquisición…

En “InTeresa”, Teresa de Jesús se descubre como mística de la Mística y puente integrador de las grandes filosofías de Oriente y Occidente, ya que por vez primera se pone de manifiesto la sorprendente y novedosa analogía que existe entre sus famosas siete moradas y el despertar de los siete chacras principales venerados por el budismo, o entre la Iluminación que para Teresa supone el amor abrasador surgido de la plena unión con Dios y el sumun que en otro extremo del mundo es la apertura del loto de los mil pétalos y el despertar de la energía Kundalini, conocida desde tiempo inmemorial como energía del Todo, fuego divino o energía de Dios…

Chacras y moradas, éxtasis y despertar Kundalini y Oriente y Occidente se mezclan en la impactante figura de Teresa de Jesús, para demostrar en “InTeresa”, una y otra vez, que en el odio no hay destino…

El cáncer como origen de “InTeresa”

Rosa Peñasco explica que “InTeresa” surgió del cáncer de mama que le diagnosticaron en 2016. Su mundo saltó por los aires con aquel diagnóstico y emprendió un viaje en solitario hasta la Costa de la Muerte, llegando el 15 de octubre de 2016, curiosamente día de Santa Teresa al emblemático kilómetro 000 del Camino de Santiago, situado en el faro de Fisterra.

Con la tranquilidad de sentirse apoyada por sus seres queridos, la autora se empeñó en hacer sola aquel viaje porque se llenó de unos ruidos que nunca cesaban y no pudo encontrar su propia voz. Una voz que terminó por enmudecer completamente cuando el oncólogo, que sin duda ese día había olvidado las mínimas lecciones de diplomacia y habilidades sociales, le dijo que su deber no era pensar o sentir y sí darse prisa en someterse porque se iba a morir.

El último “te vas a morir” retumbó en su interior y le dio alas para enfrentar la situación: si me voy a morir –pensó-, antes quiero asimilarlo, enfrentando la realidad hasta quedarme en paz aceptando la idea de mi propia muerte. Como escritora, tanta muerte por aquí y muerte por allá terminó por convertir al lirismo en protagonista, para llevarla después, zancada a zancada, a emprender ese camino en solitario por el corazón de Galicia, con dirección a la enigmática Costa da Morte. 

Fisterra y el kilómetro 000 del Camino de Santiago

Aquellos días de soledad, silencio y ejercicio físico obraron el milagro de ir eliminando, paso a paso y a lo largo de casi cien kilómetros, las voces interiores y exteriores, el caos, el miedo y los futuribles. Así, sin darse cuenta, se fueron esfumando los miedos de la loca de la casa y solo encontrar albergue, donde comprar pan para el bocadillo de salchichón y cómo protegerse de la lluvia llegaron a ocupar su mente con un maravilloso aquí y ahora. Ya después de la caminata diaria y la ducha correspondiente, sobre la litera del albergue de turno no podía evitar escribir sin cesar, pero sin saber que su escritura, sus pensamientos y en general todo su ser ya estaban mirando a la muerte con otros ojos porque habían empezado a impregnarse de Mística…

Busco el fin de la tierra,

Allí donde todo acaba

Y rompe las densidades

Que sepultan las alas.

En una costa de muerte

Y cuando ya no haya nada,

Puede que cambie mi suerte:

Morir y nacer del alma.

Solo se nace muriendo.

Solo cayendo se crece.

Duele la metamorfosis

Pero VIVIR lo merece.

Cuando por fin llegó al faro de Fisterra aquel día de Santa Teresa de 2016, se empapó de la ironía de estar empezando a recuperar su vida y volver a nacer, precisamente en una costa llamada “Muerte”. El kilómetro 000 que marcaba el fin del Camino le hizo sonreír: ¿Cómo que 000? ¿En esto consiste morir? ¿En volver a empezar poniendo el cuentakilómetros a cero? La muerte solo es otro giro en la divina espiral, otro salto cuántico, otro cambio de vestido en un armario de esencia -pensó-. Y ante tal ironía, las poesías volvieron a brotar:

Somos vasijas efímeras

Que albergan inmortalidad

O en un lenguaje más lírico

Un bello poema místico

Y segundo interestelar:

¡Fragmentos de eternidad!

Aceptación y no resignación

Ya de vuelta de aquel especial viaje, desechó la amargura de la resignación que jamás había funcionado con ella y enfrentó su enfermedad con la alegre aceptación que requieren los procesos interiores que se han trabajado con honestidad. Aprendió a ver el cáncer como un Maestro que había llegado a su vida para enseñarle a vivirla con más plenitud aun y plasmó todo esto en artículos muy profundos y plagados de sentido del humor que en su día se hicieron virales en la red, tales como “Me lo estoy pasando teta dando el do de pecho” y “Con mi gran sentido del thumor”.

Sin embargo, el efecto más impactante de aquel proceso fue sin duda su profundo amor a la Mística. Y más tras corroborar que en el odio no hay destino porque, muy al margen de una religión en particular, deshace dualidades y siempre está por encima de creencias particulares, tiempos y espacios… La Mística es irreverentemente libre y genera siempre integración, hermandad y unión.

 Ya no más regionalismos

Y menos de religión.

Ni normas, ni catecismos

Contrarios al corazón.

Busquemos el misticismo

Que del Absoluto ritmo,

Conduce a la integración.

Y Teresa de Jesús lo ocupó todo

Rosa Peñasco se emocionó estudiando a muchos místicos, pero Teresa de Jesús, sin duda, fue la gran protagonista de su interés y admiración. Así surgió un profundo análisis de su figura y así surgió “InTeresa” sobre la vida de la que ella ha denominado una mujer de almas y de armas tomar

Y te gritarán pionera,

Iluminada, sin más.

Nuevas olas de conciencia

Sabrán que fuiste un canal.

Pero hasta entonces, Teresa,

Visionaria incomprendida,

Me nace contar tu vida

De quimeras, Luz y Mística…

¿Siete moradas o siete chacras?

Pero tal y como indica el subtítulo “Siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús”, en “InTeresa” también se lleva a cabo una particular y novedosa analogía entre las siete moradas que formaron el conocido, didáctico, particular y místico castillo de Santa Teresa y el castillo interior que puede ser el propio ser humano con el despertar de sus siete chacras principales, ampliamente venerados por místicos del otro extremo del mundo…

La Luz más pura y divina,

Con ese prodigio místico

Que es la transverberación,

Traspasó tu chacra cuarto,

Te despertó el corazón

Y recorrió cada esquina

De tu material cuerpo.

La autora: Rosa Peñasco

Rosa Peñasco (Medalla de las Letras Juan Alcaide 2019). www.rosapeñasco.com. Escritora, Doctora en Derecho y Profesora Titular Universidad en el departamento de Servicios Sociales y Fundamentos Histórico-Jurídicos, grado en Trabajo Social, (UNED).

Rosa Peñasco ha escrito ensayos tan conocidos como “La copla sabe de leyes” (Primer Premio Investigación UNED), publicado por Alianza (2000) y UNED (2018).

Es autora de novelas eróticas como “La sumisa insumisa” (premio Novela “Ciudad de Irún 2006, reeditada por Suma de Letras 2008-2018) o policíacas como “Ángeles en el laberinto” (Editorial Pie de Página 2016), y otras aún inéditas como “En busca de mí”, “Siete vidas para un alma”, “Campus de minas” y “Diecisiete cartas para Lukas”.

Rosa Peñasco escribió la autobiografía “Mi madre-niña: un viaje al corazón del alzhéimer” (Círculo 2013), que dio lugar al proyecto “Alzhéimer Solidario” y a líneas de investigación hoy vigentes en la Universidad. También es coautora del guión de cine “Yo por asesina paso pero por loca ni hablar”, autora del corto seleccionado por la CCAA de Madrid: “RIP, RIP, RIP, ¡Hurra!” (2009) y autora de la biografía de una víctima del terrorismo “Doce balas en el alma” (C. Rojo 2019).

Como Profesora Titular de Universidad (UNED) ha elaborado material multimedia y siempre ha tendido puentes entre el mundo del Arte y de la Universidad con ensayos que destilan humor, creatividad e integración, tales como “La copla sabe de leyes” (UNED 2018), “El testamento ológrafo otorgado por personas que escriben con la boca o con el pie” (Dykinson 2018), “Dimensiones éticas y jurídicas de la manipulación genética” (Delta 2010), “La accesión y el cambio climático” (ECU 2009), “Mobbing en la Universidad” (Adhara 2005) y los aun inéditos: “El misterioso caso del humor manchego” y “UniversalizArte: el Arte en la Universidad como medio terapéutico y docente”.

Ha escrito artículos como “Con mi gran sentido del thumor” (viral 2017) y cuentos como “El corazón no sabe matemáticas” (BAM 2001) y “No hay yo sin tú” (2007, Primer Premio en el concurso Internacional “Mas cuento que Calleja”).

Con “InTeresa, siete moradas, siete chacras y energía kundalini en Teresa de Jesús”, ve la luz su primer libro de Poesía Mística, de otros inéditos como “Fragmentos de eternidad”, “Loca espiral de milagros” y “En el odio no hay destino”.

Muchos han denominado a Rosa Peñasco maga de palabras,pero ella prefiere proclamarse “Palabrarista” porque le encanta hacer juegos y malabares con las palabras…

¿Por qué Poesía Mística en el siglo XXI?

PORQUE EN EL ODIO NO HAY DESTINO

La primera página de mi libro de poesía mística, titulado «InTeresa, siete moradas, siete chacras y energía kundalini en Teresa de Jesús», no es solo la primera página de uno de mis libros. NI siquiera la de un libro de poesía dedicada a Teresa de Jesús: es un acto rebelde y subversivo como el de apostar por la espiritualidad y la Mística en tiempos de caos, dualidades y fanatismos. Porque como éter travieso, la Mística sobrevuela países, creencias, políticas, gobernantes, religiones y todo tipo de fronteras, para demostrar descaradamente una y otra vez, con su irreverente y libre integración intemporal, que en el odio no hay destino.

Oriente y Occidente en Teresa de Jesús

Soy consciente de que la poesía no debe explicarse nunca porque su esencia es hacer sentir. Sin embargo y porque de todos es sabido que la realidad supera la ficción, puede que sí resulte interesante conocer cómo surgió este particular libro de Poesía Mística del siglo XXI en el que con el maravilloso eje que supone la gran figura de Teresa de Jesús, Occidente y Oriente van a fundirse en un baile de letras poniendo de manifiesto la sorprendente analogía que existe entre las siete moradas de Teresa de Jesús y el despertar de los siete chacras principales venerados en otro extremo del mundo o entre el éxtasis que para Teresa supone la unión con Dios y el sumun que para budistas supone el despertar de la energía Kundalini, también conocida como energía del Todo o energía de Dios

Portada de «InTeresa, siete moradas, siete chacras y energía kundalini en Teresa de Jesús»

¿Qué cómo surgió todo esto? Intentaré explicarlo…

Llegué a la Costa de la Muerte el 15 de octubre de 2016, curiosamente día de Santa Teresa. Después de caminar varios días y recorrer casi cien kilómetros, mi último paso por fin alcanzó el emblemático kilómetro 000 del Camino de Santiago, situado en el faro de Fisterra.

Con la tranquilidad de sentirme apoyada por mis seres queridos, me empeñé en hacer sola aquel viaje porque me habían diagnosticado cáncer y todo mi mundo saltó por los aires. Sin darme cuenta me llené de unos ruidos que nunca cesaban porque, sin pedirlos, muchos decidieron regalarme sus consejos y opiniones diciendo, por ejemplo, que conocían a no sé quién con el mismo problema, que era muy rebelde y ahora debía ser obediente, que debía hacer tal o cual cosa, que no me preocupara porque a una vecina le había ocurrido lo mismo y llevaba una peluca preciosa, y un largo etcétera nunca exento de buena intención y frivolidad al mismo tiempo.

Aquellas voces fueron ocupando todo el espacio y no me permitieron encontrar la mía, que terminó por enmudecer completamente cuando el oncólogo, que sin duda ese día había olvidado las mínimas lecciones de diplomacia y habilidades sociales, me dijo que mi deber no era pensar o sentir y sí darme prisa en someterme porque me iba a morir.

¿Cómo? ¿Morir? ¿Someterme? Después de sacudirme los tres días de depresión que me sumieron en no sé qué abismo, las palabras del oncólogo obraron el efecto contrario, quizás porque soy leal como un perro, capaz de aguantar carros y carretas y seguir a quien sea hasta el fin del mundo desde el amor y las buenas formas, pero incapaz de dar un solo paso con miedos o chantajes y, en definitiva, profundamente rebelde desde las malas.

Romper el silencio

Enmudecida por tantas voces que no eran mías emprendí mi viaje con la intención, siquiera inconsciente, de romper el silencio. Y así, aquel último “te vas a morir” que retumbó en mi interior terminó por darme alas para enfrentar la situación: si me voy a morir –pensé-, antes quiero asimilarlo, enfrentando la realidad hasta quedarme en paz aceptando la idea de mi propia muerte. Como escritora creo que tanta muerte por aquí y muerte por allá terminó por convertir al lirismo en protagonista, para llevarme después, zancada a zancada, a emprender ese camino en solitario por el corazón de Galicia, con dirección a la enigmática Costa da Morte. 

Ya sé que Teresa se habría referido a las malas pasadas que nos juega la mente como el caos que crea la loca de la casa, pero el comienzo de este proceso y pese a lo caótico que fue, no me hizo recordar a Teresa y sí a los vasos comunicantes de Arquímedes, ya que aquellos días de soledad, silencio y ejercicio físico obraron el milagro de ir eliminando, paso a paso y a lo largo de casi cien kilómetros, las voces interiores y exteriores, el caos, el miedo y los futuribles. Así, sin darme cuenta, se fueron esfumando los pensamientos y miedos de la loca de la casa y solo encontrar albergue, donde comprar pan para el bocadillo de salchichón y cómo protegerme de la lluvia llegaron a ocupar mi mente con un maravilloso aquí y ahora. Ya después de la caminata diaria y la ducha correspondiente, sobre la litera del albergue de turno no podía evitar escribir sin cesar, pero sin saber que mi escritura, mis pensamientos y en general todo mi ser ya estaban mirando a la muerte con otros ojos porque habían empezado a impregnarse de Mística.

Busco el fin de la tierra,

Allí donde todo acaba

Y rompe las densidades

Que sepultan las alas.

En una costa de muerte

Y cuando ya no haya nada,

Puede que cambie mi suerte:

Morir y nacer del alma.

Solo se nace muriendo.

Solo cayendo se crece.

Duele la metamorfosis

Pero VIVIR lo merece.

Fragmentos de eternidad

Cuando por fin llegué al faro de Fisterra aquel día de Santa Teresa de 2016, me empapé de la ironía de estar empezando a recuperar mi vida y volver a nacer, precisamente en una costa llamada “Muerte”. El kilómetro 000 que marcaba el fin del Camino me hizo sonreír: ¿Cómo que 000? ¿De verdad en esto consistía morir? ¿En un volver a empezar poniendo el cuentakilómetros a cero? La muerte solo es otro giro en la divina espiral, otro salto cuántico, otro cambio de vestido en un armario de esencia _pensé-. Y las poesías volvieron a brotarme insolentes ante tanta ironía vital:

Somos vasijas efímeras

Que albergan inmortalidad

O en un lenguaje más lírico

Un bello poema místico

Y segundo interestelar:

¡Fragmentos de eternidad!

La Mística deshace dualidades

Ya de vuelta de aquel especial viaje, deseché la amargura de la resignación que jamás había funcionado conmigo y enfrenté mi enfermedad con la alegre aceptación que requieren los procesos interiores que se han trabajado con honestidad. De hecho, hasta aprendí a ver el cáncer como un Maestro que había llegado a mi vida para enseñarme a vivirla con más plenitud aun, así que plasmé todo esto en artículos muy profundos pero plagados de sentido del humor que en su día se hicieron virales en la red, tales como “Con mi gran sentido del thumor”, “Cumpleaños y cumpledaños feliz” y “Me lo estoy pasando teta dando el do de pecho”.

Sin embargo, el efecto más impactante de aquel proceso fue sin duda mi profundo amor a la Mística. Y más tras corroborar que en el odio no hay destino y comprobar que muy al margen de una religión en particular y como Absoluto travieso, la Mística deshace dualidades porque siempre está por encima de las creencias particulares, de tiempos y espacios… La Mística es irreverentemente libre y genera siempre integración, hermandad y unión.

 Ya no más regionalismos

Y menos de religión.

Ni normas, ni catecismos

Contrarios al corazón.

Busquemos el misticismo

Que del Absoluto ritmo,

Conduce a la integración.

Y Teresa de Jesús: ¡protagonista!

Me emocioné estudiando a muchos místicos, pero Teresa de Jesús, sin duda, fue la gran protagonista de mi interés y admiración. Así surgió un profundo análisis de su figura y así surgió “InTeresa”…

Para empezar, “InTeresa”no solo es un juego de palabras que nos sitúa ante una realidad tan sumamente interesante como lo es la vida de una mujer de almas y de armas tomar que se adelantó a su tiempo, cuestionó esquemas caducos y hasta se jugó la vida por sus honestos principios cuando fue cuestionada por la Inquisición…

Y te gritarán pionera,

Iluminada, sin más.

Nuevas olas de conciencia

Sabrán que fuiste un canal.

Pero hasta entonces, Teresa,

Visionaria incomprendida,

Me nace contar tu vida

De quimeras, Luz y Mística…

Un éxtasis muy particular

El título “InTeresa” también viene a dar la pista de cómo sus páginas van a acercarnos al profundo, peculiar y rico interior (in), así como al éxtasis y a la gran experiencia espiritual de una de las grandes figuras místicas de todos los tiempos: Teresa de Jesús.

El cosmos explotó en ti…

Mil fuegos artificiales

Casi funden tu materia

Con fotones de puñales

Que quemaban y dolían

En el principio del ciclo…

Siete moradas o siete chacras

Pero tal y como indica el subtítulo “Siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús”, en “InTeresa” también se lleva a cabo una particular y novedosa analogía entre las siete moradas que formaron el conocido, didáctico, particular y místico castillo de Santa Teresa y el castillo interior que puede ser el propio ser humano con el despertar de sus siete chacras principales, ampliamente venerados por místicos del otro extremo del mundo.

Porque con palabras diferentes que describen una idéntica realidad, es maravilloso comprobar cómo Teresa resalta especialmente la morada número cuatro al indicar que no es lugar para orar o pensar porque es lugar para Amar, del mismo modo que bajo los principios budistas el chacra número cuatro también es, precisamente, el lugar en donde reside el Amor. Morada cuarta o chacra cuatro que albergan, tanto en Occidente como en Oriente, el maravilloso fenómeno místico conocido como trasverberación.

La trasverberación

Así y mientras Teresa describe tal fenómeno como un objeto punzante que le atraviesa el corazón y la deja inmersa en fuego y Amor de Dios, San Juan de la Cruz hace hincapié en cómo “Tras un amoroso lance y no de esperanza falto, subí tan alto, tan alto…”. Sin embargo, lo más sorprendente es que siglos antes y en otro extremo del mundo, un nostálgico Rumí a su manera también se refiere a esta brutal apertura del corazón, generadora de Amor abrasador: “Busco a los de corazón desgarrado por la separación, pues sólo ellos entienden el dolor de esta añoranza: ¿Para qué vale la propia vida sin ese Fuego?” Y con tales descubrimientos, no fue extraño que surgieran más y más poemas:

La Luz más pura y divina,

Con ese prodigio místico

Que es la transverberación,

Traspasó tu chacra cuarto,

Te despertó el corazón

Y recorrió cada esquina

De tu material cuerpo.

Sexta morada y tercer ojo

Especial interés cobra la descripción que hace Teresa de la sexta morada y la innegable relación que existe con la esencia del sexto chacra, también conocido como tercer ojo: en ambos casos se adivina la comunión con Dios, la puerta del cosmos, la Iluminación, el Nirvana y un final glorioso que está cerca, pero aún no llega:

Sexto chacra, tercer ojo,

Oros, blancos y violetas

De la glándula pineal,

Morada número seis

Que ve y no llega al final:

Adivinación de Amor,

Prueba de nuestra paciencia

Que exige más desapego,

Más limpieza, menos ego

Y más trabajo interior.

Última morada y loto de los mil pétalos

Además, la plenitud o fusión con Dios a la que alude Teresa en su última morada que, curiosamente, es la número siete, no solo es sorprendentemente análoga a la apertura, coronación o iluminación que brinda el despertar del séptimo chacra, también conocido como loto de los mil pétalos: también pone de manifiesto la existencia de la energía Kundalini, ampliamente conocida en Oriente desde tiempo inmemorial, así como la innegable posibilidad de que esta energía del Todo -que para mí es la “Loca espiral de milagros, ¡en galaxias, seres y átomos!”-, tuviera mucho que ver con el éxtasis de Teresa de Jesús; entre otras cosas porque el despertar de la también conocida como energía de Dios, según muchas voces expertas es una experiencia común en genios, visionarios y místicos de cualquier rincón del mundo…

De este modo y porque como indiqué al principio de estas líneas, la Mística sobrepasa los preceptos de cualquier religión al no entender de tiempos, regiones o fronteras, por primera vez Teresa de Jesús se muestra en “InTeresa” como una figura intemporal, mística de la Mística y un puente integrador de los grandes principios espirituales de Oriente y Occidente.

¿Cómo no ibas a ser todo

Si el TODO vivía en ti?

Éxtasis del alma,

Alma enajenada.

Teresa, querida,

Siempre enamorada…

Un abrazo místico

Desde aquí, querido lector, no solo le deseo un feliz viaje por las siete moradas teresianas hasta lograr la unión con Dios o por el despertar de los principales chacras, regados de energía Kundalini y con dirección al éxtasis… También espero que “InTeresa” y sus “siete chacras, siete moradas y energía Kundalini en Teresa de Jesús”, pueda resultarle un viaje tan interesante como lo fue la vida de la gran mujer que es la protagonista de este libro.

¡Un abrazo místico!

ROSA PEÑASCO