El cáncer como origen de la poesía mística «In Teresa: siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús»

Teresa de Jesús: In Teresa

En épocas de odios, dualidades y fanatismos, “InTeresa: siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús” (Rosa Peñasco, editorial Círculo Rojo, diciembre 2019), es un acto subversivo y rebelde que nos recuerda que la Mística es irreverentemente libre y, tal y como ha hecho siempre, no dudará en sobrevolar creencias, tiempos, geografías, políticas, gobernantes y hasta religiones en pro de la integración.

La poesía Mística de “InTeresa” aporta una mirada diferente sobre la impactante vida, el particular éxtasis y el profundo interior de Teresa de Jesús: una mujer de armas y almas tomar que se adelantó a su tiempo, luchó contra esquemas caducos y hasta se jugó la vida por sus honestos principios cuando fue cuestionada por la Inquisición…

En “InTeresa”, Teresa de Jesús se descubre como mística de la Mística y puente integrador de las grandes filosofías de Oriente y Occidente, ya que por vez primera se pone de manifiesto la sorprendente y novedosa analogía que existe entre sus famosas siete moradas y el despertar de los siete chacras principales venerados por el budismo, o entre la Iluminación que para Teresa supone el amor abrasador surgido de la plena unión con Dios y el sumun que en otro extremo del mundo es la apertura del loto de los mil pétalos y el despertar de la energía Kundalini, conocida desde tiempo inmemorial como energía del Todo, fuego divino o energía de Dios…

Chacras y moradas, éxtasis y despertar Kundalini y Oriente y Occidente se mezclan en la impactante figura de Teresa de Jesús, para demostrar en “InTeresa”, una y otra vez, que en el odio no hay destino…

El cáncer como origen de “InTeresa”

Rosa Peñasco explica que “InTeresa” surgió del cáncer de mama que le diagnosticaron en 2016. Su mundo saltó por los aires con aquel diagnóstico y emprendió un viaje en solitario hasta la Costa de la Muerte, llegando el 15 de octubre de 2016, curiosamente día de Santa Teresa al emblemático kilómetro 000 del Camino de Santiago, situado en el faro de Fisterra.

Con la tranquilidad de sentirse apoyada por sus seres queridos, la autora se empeñó en hacer sola aquel viaje porque se llenó de unos ruidos que nunca cesaban y no pudo encontrar su propia voz. Una voz que terminó por enmudecer completamente cuando el oncólogo, que sin duda ese día había olvidado las mínimas lecciones de diplomacia y habilidades sociales, le dijo que su deber no era pensar o sentir y sí darse prisa en someterse porque se iba a morir.

El último “te vas a morir” retumbó en su interior y le dio alas para enfrentar la situación: si me voy a morir –pensó-, antes quiero asimilarlo, enfrentando la realidad hasta quedarme en paz aceptando la idea de mi propia muerte. Como escritora, tanta muerte por aquí y muerte por allá terminó por convertir al lirismo en protagonista, para llevarla después, zancada a zancada, a emprender ese camino en solitario por el corazón de Galicia, con dirección a la enigmática Costa da Morte. 

Fisterra y el kilómetro 000 del Camino de Santiago

Aquellos días de soledad, silencio y ejercicio físico obraron el milagro de ir eliminando, paso a paso y a lo largo de casi cien kilómetros, las voces interiores y exteriores, el caos, el miedo y los futuribles. Así, sin darse cuenta, se fueron esfumando los miedos de la loca de la casa y solo encontrar albergue, donde comprar pan para el bocadillo de salchichón y cómo protegerse de la lluvia llegaron a ocupar su mente con un maravilloso aquí y ahora. Ya después de la caminata diaria y la ducha correspondiente, sobre la litera del albergue de turno no podía evitar escribir sin cesar, pero sin saber que su escritura, sus pensamientos y en general todo su ser ya estaban mirando a la muerte con otros ojos porque habían empezado a impregnarse de Mística…

Busco el fin de la tierra,

Allí donde todo acaba

Y rompe las densidades

Que sepultan las alas.

En una costa de muerte

Y cuando ya no haya nada,

Puede que cambie mi suerte:

Morir y nacer del alma.

Solo se nace muriendo.

Solo cayendo se crece.

Duele la metamorfosis

Pero VIVIR lo merece.

Cuando por fin llegó al faro de Fisterra aquel día de Santa Teresa de 2016, se empapó de la ironía de estar empezando a recuperar su vida y volver a nacer, precisamente en una costa llamada “Muerte”. El kilómetro 000 que marcaba el fin del Camino le hizo sonreír: ¿Cómo que 000? ¿En esto consiste morir? ¿En volver a empezar poniendo el cuentakilómetros a cero? La muerte solo es otro giro en la divina espiral, otro salto cuántico, otro cambio de vestido en un armario de esencia -pensó-. Y ante tal ironía, las poesías volvieron a brotar:

Somos vasijas efímeras

Que albergan inmortalidad

O en un lenguaje más lírico

Un bello poema místico

Y segundo interestelar:

¡Fragmentos de eternidad!

Aceptación y no resignación

Ya de vuelta de aquel especial viaje, desechó la amargura de la resignación que jamás había funcionado con ella y enfrentó su enfermedad con la alegre aceptación que requieren los procesos interiores que se han trabajado con honestidad. Aprendió a ver el cáncer como un Maestro que había llegado a su vida para enseñarle a vivirla con más plenitud aun y plasmó todo esto en artículos muy profundos y plagados de sentido del humor que en su día se hicieron virales en la red, tales como “Me lo estoy pasando teta dando el do de pecho” y “Con mi gran sentido del thumor”.

Sin embargo, el efecto más impactante de aquel proceso fue sin duda su profundo amor a la Mística. Y más tras corroborar que en el odio no hay destino porque, muy al margen de una religión en particular, deshace dualidades y siempre está por encima de creencias particulares, tiempos y espacios… La Mística es irreverentemente libre y genera siempre integración, hermandad y unión.

 Ya no más regionalismos

Y menos de religión.

Ni normas, ni catecismos

Contrarios al corazón.

Busquemos el misticismo

Que del Absoluto ritmo,

Conduce a la integración.

Y Teresa de Jesús lo ocupó todo

Rosa Peñasco se emocionó estudiando a muchos místicos, pero Teresa de Jesús, sin duda, fue la gran protagonista de su interés y admiración. Así surgió un profundo análisis de su figura y así surgió “InTeresa” sobre la vida de la que ella ha denominado una mujer de almas y de armas tomar

Y te gritarán pionera,

Iluminada, sin más.

Nuevas olas de conciencia

Sabrán que fuiste un canal.

Pero hasta entonces, Teresa,

Visionaria incomprendida,

Me nace contar tu vida

De quimeras, Luz y Mística…

¿Siete moradas o siete chacras?

Pero tal y como indica el subtítulo “Siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús”, en “InTeresa” también se lleva a cabo una particular y novedosa analogía entre las siete moradas que formaron el conocido, didáctico, particular y místico castillo de Santa Teresa y el castillo interior que puede ser el propio ser humano con el despertar de sus siete chacras principales, ampliamente venerados por místicos del otro extremo del mundo…

La Luz más pura y divina,

Con ese prodigio místico

Que es la transverberación,

Traspasó tu chacra cuarto,

Te despertó el corazón

Y recorrió cada esquina

De tu material cuerpo.

La autora: Rosa Peñasco

Rosa Peñasco (Medalla de las Letras Juan Alcaide 2019). www.rosapeñasco.com. Escritora, Doctora en Derecho y Profesora Titular Universidad en el departamento de Servicios Sociales y Fundamentos Histórico-Jurídicos, grado en Trabajo Social, (UNED).

Rosa Peñasco ha escrito ensayos tan conocidos como “La copla sabe de leyes” (Primer Premio Investigación UNED), publicado por Alianza (2000) y UNED (2018).

Es autora de novelas eróticas como “La sumisa insumisa” (premio Novela “Ciudad de Irún 2006, reeditada por Suma de Letras 2008-2018) o policíacas como “Ángeles en el laberinto” (Editorial Pie de Página 2016), y otras aún inéditas como “En busca de mí”, “Siete vidas para un alma”, “Campus de minas” y “Diecisiete cartas para Lukas”.

Rosa Peñasco escribió la autobiografía “Mi madre-niña: un viaje al corazón del alzhéimer” (Círculo 2013), que dio lugar al proyecto “Alzhéimer Solidario” y a líneas de investigación hoy vigentes en la Universidad. También es coautora del guión de cine “Yo por asesina paso pero por loca ni hablar”, autora del corto seleccionado por la CCAA de Madrid: “RIP, RIP, RIP, ¡Hurra!” (2009) y autora de la biografía de una víctima del terrorismo “Doce balas en el alma” (C. Rojo 2019).

Como Profesora Titular de Universidad (UNED) ha elaborado material multimedia y siempre ha tendido puentes entre el mundo del Arte y de la Universidad con ensayos que destilan humor, creatividad e integración, tales como “La copla sabe de leyes” (UNED 2018), “El testamento ológrafo otorgado por personas que escriben con la boca o con el pie” (Dykinson 2018), “Dimensiones éticas y jurídicas de la manipulación genética” (Delta 2010), “La accesión y el cambio climático” (ECU 2009), “Mobbing en la Universidad” (Adhara 2005) y los aun inéditos: “El misterioso caso del humor manchego” y “UniversalizArte: el Arte en la Universidad como medio terapéutico y docente”.

Ha escrito artículos como “Con mi gran sentido del thumor” (viral 2017) y cuentos como “El corazón no sabe matemáticas” (BAM 2001) y “No hay yo sin tú” (2007, Primer Premio en el concurso Internacional “Mas cuento que Calleja”).

Con “InTeresa, siete moradas, siete chacras y energía kundalini en Teresa de Jesús”, ve la luz su primer libro de Poesía Mística, de otros inéditos como “Fragmentos de eternidad”, “Loca espiral de milagros” y “En el odio no hay destino”.

Muchos han denominado a Rosa Peñasco maga de palabras,pero ella prefiere proclamarse “Palabrarista” porque le encanta hacer juegos y malabares con las palabras…