¿Por qué Poesía Mística en el siglo XXI?

PORQUE EN EL ODIO NO HAY DESTINO

La primera página de mi libro de poesía mística, titulado «InTeresa, siete moradas, siete chacras y energía kundalini en Teresa de Jesús», no es solo la primera página de uno de mis libros. NI siquiera la de un libro de poesía dedicada a Teresa de Jesús: es un acto rebelde y subversivo como el de apostar por la espiritualidad y la Mística en tiempos de caos, dualidades y fanatismos. Porque como éter travieso, la Mística sobrevuela países, creencias, políticas, gobernantes, religiones y todo tipo de fronteras, para demostrar descaradamente una y otra vez, con su irreverente y libre integración intemporal, que en el odio no hay destino.

Oriente y Occidente en Teresa de Jesús

Soy consciente de que la poesía no debe explicarse nunca porque su esencia es hacer sentir. Sin embargo y porque de todos es sabido que la realidad supera la ficción, puede que sí resulte interesante conocer cómo surgió este particular libro de Poesía Mística del siglo XXI en el que con el maravilloso eje que supone la gran figura de Teresa de Jesús, Occidente y Oriente van a fundirse en un baile de letras poniendo de manifiesto la sorprendente analogía que existe entre las siete moradas de Teresa de Jesús y el despertar de los siete chacras principales venerados en otro extremo del mundo o entre el éxtasis que para Teresa supone la unión con Dios y el sumun que para budistas supone el despertar de la energía Kundalini, también conocida como energía del Todo o energía de Dios

Portada de «InTeresa, siete moradas, siete chacras y energía kundalini en Teresa de Jesús»

¿Qué cómo surgió todo esto? Intentaré explicarlo…

Llegué a la Costa de la Muerte el 15 de octubre de 2016, curiosamente día de Santa Teresa. Después de caminar varios días y recorrer casi cien kilómetros, mi último paso por fin alcanzó el emblemático kilómetro 000 del Camino de Santiago, situado en el faro de Fisterra.

Con la tranquilidad de sentirme apoyada por mis seres queridos, me empeñé en hacer sola aquel viaje porque me habían diagnosticado cáncer y todo mi mundo saltó por los aires. Sin darme cuenta me llené de unos ruidos que nunca cesaban porque, sin pedirlos, muchos decidieron regalarme sus consejos y opiniones diciendo, por ejemplo, que conocían a no sé quién con el mismo problema, que era muy rebelde y ahora debía ser obediente, que debía hacer tal o cual cosa, que no me preocupara porque a una vecina le había ocurrido lo mismo y llevaba una peluca preciosa, y un largo etcétera nunca exento de buena intención y frivolidad al mismo tiempo.

Aquellas voces fueron ocupando todo el espacio y no me permitieron encontrar la mía, que terminó por enmudecer completamente cuando el oncólogo, que sin duda ese día había olvidado las mínimas lecciones de diplomacia y habilidades sociales, me dijo que mi deber no era pensar o sentir y sí darme prisa en someterme porque me iba a morir.

¿Cómo? ¿Morir? ¿Someterme? Después de sacudirme los tres días de depresión que me sumieron en no sé qué abismo, las palabras del oncólogo obraron el efecto contrario, quizás porque soy leal como un perro, capaz de aguantar carros y carretas y seguir a quien sea hasta el fin del mundo desde el amor y las buenas formas, pero incapaz de dar un solo paso con miedos o chantajes y, en definitiva, profundamente rebelde desde las malas.

Romper el silencio

Enmudecida por tantas voces que no eran mías emprendí mi viaje con la intención, siquiera inconsciente, de romper el silencio. Y así, aquel último “te vas a morir” que retumbó en mi interior terminó por darme alas para enfrentar la situación: si me voy a morir –pensé-, antes quiero asimilarlo, enfrentando la realidad hasta quedarme en paz aceptando la idea de mi propia muerte. Como escritora creo que tanta muerte por aquí y muerte por allá terminó por convertir al lirismo en protagonista, para llevarme después, zancada a zancada, a emprender ese camino en solitario por el corazón de Galicia, con dirección a la enigmática Costa da Morte. 

Ya sé que Teresa se habría referido a las malas pasadas que nos juega la mente como el caos que crea la loca de la casa, pero el comienzo de este proceso y pese a lo caótico que fue, no me hizo recordar a Teresa y sí a los vasos comunicantes de Arquímedes, ya que aquellos días de soledad, silencio y ejercicio físico obraron el milagro de ir eliminando, paso a paso y a lo largo de casi cien kilómetros, las voces interiores y exteriores, el caos, el miedo y los futuribles. Así, sin darme cuenta, se fueron esfumando los pensamientos y miedos de la loca de la casa y solo encontrar albergue, donde comprar pan para el bocadillo de salchichón y cómo protegerme de la lluvia llegaron a ocupar mi mente con un maravilloso aquí y ahora. Ya después de la caminata diaria y la ducha correspondiente, sobre la litera del albergue de turno no podía evitar escribir sin cesar, pero sin saber que mi escritura, mis pensamientos y en general todo mi ser ya estaban mirando a la muerte con otros ojos porque habían empezado a impregnarse de Mística.

Busco el fin de la tierra,

Allí donde todo acaba

Y rompe las densidades

Que sepultan las alas.

En una costa de muerte

Y cuando ya no haya nada,

Puede que cambie mi suerte:

Morir y nacer del alma.

Solo se nace muriendo.

Solo cayendo se crece.

Duele la metamorfosis

Pero VIVIR lo merece.

Fragmentos de eternidad

Cuando por fin llegué al faro de Fisterra aquel día de Santa Teresa de 2016, me empapé de la ironía de estar empezando a recuperar mi vida y volver a nacer, precisamente en una costa llamada “Muerte”. El kilómetro 000 que marcaba el fin del Camino me hizo sonreír: ¿Cómo que 000? ¿De verdad en esto consistía morir? ¿En un volver a empezar poniendo el cuentakilómetros a cero? La muerte solo es otro giro en la divina espiral, otro salto cuántico, otro cambio de vestido en un armario de esencia _pensé-. Y las poesías volvieron a brotarme insolentes ante tanta ironía vital:

Somos vasijas efímeras

Que albergan inmortalidad

O en un lenguaje más lírico

Un bello poema místico

Y segundo interestelar:

¡Fragmentos de eternidad!

La Mística deshace dualidades

Ya de vuelta de aquel especial viaje, deseché la amargura de la resignación que jamás había funcionado conmigo y enfrenté mi enfermedad con la alegre aceptación que requieren los procesos interiores que se han trabajado con honestidad. De hecho, hasta aprendí a ver el cáncer como un Maestro que había llegado a mi vida para enseñarme a vivirla con más plenitud aun, así que plasmé todo esto en artículos muy profundos pero plagados de sentido del humor que en su día se hicieron virales en la red, tales como “Con mi gran sentido del thumor”, “Cumpleaños y cumpledaños feliz” y “Me lo estoy pasando teta dando el do de pecho”.

Sin embargo, el efecto más impactante de aquel proceso fue sin duda mi profundo amor a la Mística. Y más tras corroborar que en el odio no hay destino y comprobar que muy al margen de una religión en particular y como Absoluto travieso, la Mística deshace dualidades porque siempre está por encima de las creencias particulares, de tiempos y espacios… La Mística es irreverentemente libre y genera siempre integración, hermandad y unión.

 Ya no más regionalismos

Y menos de religión.

Ni normas, ni catecismos

Contrarios al corazón.

Busquemos el misticismo

Que del Absoluto ritmo,

Conduce a la integración.

Y Teresa de Jesús: ¡protagonista!

Me emocioné estudiando a muchos místicos, pero Teresa de Jesús, sin duda, fue la gran protagonista de mi interés y admiración. Así surgió un profundo análisis de su figura y así surgió “InTeresa”…

Para empezar, “InTeresa”no solo es un juego de palabras que nos sitúa ante una realidad tan sumamente interesante como lo es la vida de una mujer de almas y de armas tomar que se adelantó a su tiempo, cuestionó esquemas caducos y hasta se jugó la vida por sus honestos principios cuando fue cuestionada por la Inquisición…

Y te gritarán pionera,

Iluminada, sin más.

Nuevas olas de conciencia

Sabrán que fuiste un canal.

Pero hasta entonces, Teresa,

Visionaria incomprendida,

Me nace contar tu vida

De quimeras, Luz y Mística…

Un éxtasis muy particular

El título “InTeresa” también viene a dar la pista de cómo sus páginas van a acercarnos al profundo, peculiar y rico interior (in), así como al éxtasis y a la gran experiencia espiritual de una de las grandes figuras místicas de todos los tiempos: Teresa de Jesús.

El cosmos explotó en ti…

Mil fuegos artificiales

Casi funden tu materia

Con fotones de puñales

Que quemaban y dolían

En el principio del ciclo…

Siete moradas o siete chacras

Pero tal y como indica el subtítulo “Siete moradas, siete chacras y energía Kundalini en Teresa de Jesús”, en “InTeresa” también se lleva a cabo una particular y novedosa analogía entre las siete moradas que formaron el conocido, didáctico, particular y místico castillo de Santa Teresa y el castillo interior que puede ser el propio ser humano con el despertar de sus siete chacras principales, ampliamente venerados por místicos del otro extremo del mundo.

Porque con palabras diferentes que describen una idéntica realidad, es maravilloso comprobar cómo Teresa resalta especialmente la morada número cuatro al indicar que no es lugar para orar o pensar porque es lugar para Amar, del mismo modo que bajo los principios budistas el chacra número cuatro también es, precisamente, el lugar en donde reside el Amor. Morada cuarta o chacra cuatro que albergan, tanto en Occidente como en Oriente, el maravilloso fenómeno místico conocido como trasverberación.

La trasverberación

Así y mientras Teresa describe tal fenómeno como un objeto punzante que le atraviesa el corazón y la deja inmersa en fuego y Amor de Dios, San Juan de la Cruz hace hincapié en cómo “Tras un amoroso lance y no de esperanza falto, subí tan alto, tan alto…”. Sin embargo, lo más sorprendente es que siglos antes y en otro extremo del mundo, un nostálgico Rumí a su manera también se refiere a esta brutal apertura del corazón, generadora de Amor abrasador: “Busco a los de corazón desgarrado por la separación, pues sólo ellos entienden el dolor de esta añoranza: ¿Para qué vale la propia vida sin ese Fuego?” Y con tales descubrimientos, no fue extraño que surgieran más y más poemas:

La Luz más pura y divina,

Con ese prodigio místico

Que es la transverberación,

Traspasó tu chacra cuarto,

Te despertó el corazón

Y recorrió cada esquina

De tu material cuerpo.

Sexta morada y tercer ojo

Especial interés cobra la descripción que hace Teresa de la sexta morada y la innegable relación que existe con la esencia del sexto chacra, también conocido como tercer ojo: en ambos casos se adivina la comunión con Dios, la puerta del cosmos, la Iluminación, el Nirvana y un final glorioso que está cerca, pero aún no llega:

Sexto chacra, tercer ojo,

Oros, blancos y violetas

De la glándula pineal,

Morada número seis

Que ve y no llega al final:

Adivinación de Amor,

Prueba de nuestra paciencia

Que exige más desapego,

Más limpieza, menos ego

Y más trabajo interior.

Última morada y loto de los mil pétalos

Además, la plenitud o fusión con Dios a la que alude Teresa en su última morada que, curiosamente, es la número siete, no solo es sorprendentemente análoga a la apertura, coronación o iluminación que brinda el despertar del séptimo chacra, también conocido como loto de los mil pétalos: también pone de manifiesto la existencia de la energía Kundalini, ampliamente conocida en Oriente desde tiempo inmemorial, así como la innegable posibilidad de que esta energía del Todo -que para mí es la “Loca espiral de milagros, ¡en galaxias, seres y átomos!”-, tuviera mucho que ver con el éxtasis de Teresa de Jesús; entre otras cosas porque el despertar de la también conocida como energía de Dios, según muchas voces expertas es una experiencia común en genios, visionarios y místicos de cualquier rincón del mundo…

De este modo y porque como indiqué al principio de estas líneas, la Mística sobrepasa los preceptos de cualquier religión al no entender de tiempos, regiones o fronteras, por primera vez Teresa de Jesús se muestra en “InTeresa” como una figura intemporal, mística de la Mística y un puente integrador de los grandes principios espirituales de Oriente y Occidente.

¿Cómo no ibas a ser todo

Si el TODO vivía en ti?

Éxtasis del alma,

Alma enajenada.

Teresa, querida,

Siempre enamorada…

Un abrazo místico

Desde aquí, querido lector, no solo le deseo un feliz viaje por las siete moradas teresianas hasta lograr la unión con Dios o por el despertar de los principales chacras, regados de energía Kundalini y con dirección al éxtasis… También espero que “InTeresa” y sus “siete chacras, siete moradas y energía Kundalini en Teresa de Jesús”, pueda resultarle un viaje tan interesante como lo fue la vida de la gran mujer que es la protagonista de este libro.

¡Un abrazo místico!

ROSA PEÑASCO